Creció dentro del gremio automotriz, tradicionalmente dominado por los hombres, pero su formación educativa y dedicación la impulsó en aprender a manejar toda la ruta del negocio familiar.
Por Freddy Cardoza | NWT
Desde adolescente, Yahoska Álvarez disfrutaba muchísimo trabajar con sus padres en el negocio familiar dirigido al ramo automotriz: el Taller Padilla – Laboratorio Diesel y Turbocargadores. Le encantaba ver el empeño y la pasión que sus padres dedicaban a la empresa que hoy cuenta con más de 40 años de experiencia.
“Anhelaba ser parte de la empresa, pero ellos siempre priorizaron que yo dedicara tiempo a profesionalizarme”, cuenta la hoy gerente de Mercadeo y Ventas del negocio familiar. Ella aprovechó el tiempo en estudiar y no fue hasta el tercer año de universidad cuando logró incorporarse a la empresa a tiempo completo.



En esta actividad, considerada dominada por los hombres, Yahoska afirma que ha sido un reto, pero estaba consciente y preparada para lo que le esperaba, gracias al apoyo incondicional de su papá.
Aún con todo el apoyo, nada pinta de colores en esta profesión. “Lo más difícil ha sido experimentar la falta de tolerancia a mi presencia en reuniones de trabajo, donde me ha tocado ser la única mujer a cargo de este tipo de negocio y he llegado a escuchar indirecta o directamente comentarios denigrantes por mi género o mi profesión”, revela.
Y en esta ocasión, nos comparte una anécdota un tanto cómica para ella: “En una ocasión que atendí a un cliente porque, aparte de manejar la parte operativa, manejo la parte técnica. Este cliente pidió hablar con un técnico y yo le dije que lo podía atender y me dijo que no, que él no hablaba con mujeres de esos temas. Yo le dije que estaba bien y llamé a un técnico de laboratorio y le expliqué la situación”.
«Al final el técnico, evidentemente, lo atendió y proyectó los costos del servicio solicitado, algo que al cliente no le pareció dentro de su presupuesto, así que solicitó amablemente una revalorización de los costos, a lo que el técnico le dijo al cliente que la única persona que podría hacer eso era yo.»

“Me causó risa ver la cara del cliente, quedó impávido y al final no tuvo de otra que hablar conmigo”, refiere entre risas. Y añade: “Me parece gracioso porque al final así terminan todos, aunque no quieran, porque soy la persona que maneja el negocio y estoy involucrada en todo el proceso”.
El manejo del negocio de la A hasta la Z se debe a su formación académica. Álvarez es graduada de la carrera de Ingeniería Comercial con especialización en Gerencia de Marketing y Proyectos, con posgrado en Alta Gerencia.
Ahora, desde su posición, anima a las jóvenes a no darse por vencidas y perseguir sus sueños, “sean cuales sean, en el medio que sea e independiente de quién esté ahí, persigan sus metas hasta alcanzarlas, que siempre y cuando estén enfocadas y tengan pasión, con una visión y misión clara de lo que quieran lograr, no habrá nada que las detenga, sea el gremio que sea porque las mujeres logramos todo lo que nos proponemos”.
En este tiempo “vos te podés preparar de manera digital, con videos que se suben a YouTube, por Zoom”, recuerda Yahoska, quien está consciente y segura que todo esto se logra “siempre y cuando estés dispuesta en lo que vos estás enfocada”.

Desde su perspectiva, ya con años de estar en el mundo automotriz, Yahoska Álvarez valora que el gremio está dividido. Ahora hay hombres más tolerantes y conscientes del poder de la mujer cuando se lo propone porque, afirma, están convencidos “de que las mujeres podemos ser parte de cualquier tipo de carreras y de negocios”.
Una carrera STEM no necesariamente se basa en desarrollo de tecnología, también incluye ingenierías o ciencias en todas sus ramas, Yahoska desde el segmento automotriz es un excelente ejemplo de inspiración para las jóvenes que desean explorar opciones más alla de sólo programación.