Elena Fuentes Bongenaar: «Lo que los niños aprenden hoy forma el mundo en que viviremos mañana»

“Las puertas están abiertas para ellos, en ese mundo y ese mundo existe en internet”. (Elena Fuentes, máster en informática)

Elena, es una mujer STEM (Relacionada al mundo de la Ciencia, Ingeniería, Tecnología y Matemáticas) que ha luchado contra sus demonios, desafiando los paradigmas sociales, ha hecho un recorrido personal y profesional donde ha encontrado su pasión por ayudar y enseñar la magia de la programación y la computación a niños, niñas y adultos. En ese camino de enseñanza no solo ha compartido sus conocimientos, sino que ha aprendido de sus estudiantes, a quienes motiva y les muestra alternativas para poder tener un futuro aprovechando la era tecnológica y mostrándoles que para estudiar una carrera STEM no hay categoría de género.

¿Qué carrera estudiaste?

Primero estudié Comunicación Empresarial, en Holanda tenemos un sistema bachelor-master, bachelor son tres años en la universidad y luego master uno o dos años. Entonces primero estudié un bachelor de Comunicación Empresarial, luego un bachelor en Matemáticas e hice un máster en Informática, el tema fue seguridad en computadoras.

¿Por qué decidiste estudiar una carrera STEM?

Cuando estudié comunicación empresarial, realmente no me gustaba tanto, pero no sabía que estudiar, entonces me decidí por eso, cuando terminé esa carrera fui una guía hablando español para el equipo de Honduras y El Salvador en las olimpíadas de matemáticas en Holanda y entonces conocí mucha gente que se dedicaba a matemáticas y me encantó, entonces decidí que quería seguir estudiando y elegí matemáticas porque siempre me había interesado, pero yo  pensé al principio que no era algo para mí porque tenía en mente que la profesiones STEM eran para hombres, realmente tenía eso en mi mente y no sabía muy bien que podía hacer después, pero al final, decidí a estudiarlo y me encantó, me encantó, me encantó!. Durante mis estudios de matemáticas descubrí la programación y por eso hice el máster en informática.

¿Cuál fue la respuesta de tus padres al decidir estudiar una carrera STEM?

Mi mamá y papá lo tomaron bien, porque para mí estaba muy claro que no me gustó mucho lo que estudié, tampoco había muchas oportunidades de empleo y como siempre había sido muy buena en matemáticas, lo más probable era que iba a tener más oportunidades con esa carrera.

¿Tuviste barreras por haber estudiado una carrera STEM? ¿Cuáles fueron?

Estudié matemáticas y después informática, ya en mí máster descubrí que había pocas mujeres estudiando eso, tal vez un 5%, realmente muy pocas, mientras en matemáticas es un 40%, así es en Holanda y cuando hay tan poquitas mujeres no te sientes en el lugar indicado, por ello no me sentía muy cómoda, aunque sí tenía amigos y me llevaba muy bien con los otros compañeros no me sentía como en casa.

Durante mis estudios de matemáticas y en mi máster estaba trabajando como programadora en una empresa un día a la semana y en las vacaciones, y ahí igual, yo era la única programadora en un grupo de muchos programadores,  realmente me sentía fuera de lugar muchas veces, era una cultura para hombres y eso es algo que no me gustó, también fue una de las razones por las que quería tener mi propia empresa para no tener que combatir eso.

Entonces creo que si me preguntan si he tenido barreras: una sería mi mente lo que yo pensaba antes que no era para mí, que no tenía ejemplos, no conocía a mujeres que habían estudiado algo así y que estuvieran trabajando en eso. Lo segundo es que cuando empecé a estudiar informática y trabajar como programadora que la cultura era mucho más enfocada en hombres y que no me sentía igual,  hubiera diferente con una mayor presencia de mujeres.

¿Por qué tenías la percepción que carreras STEM solo era para hombres?

Creo que es algo que aprendemos talvez no porque alguien nos dice, literalmente, pero son muchas cosas pequeñas y cosas grandes que te hacen tener la idea que la mujer es algo social, con personas, ayudar, cuidar, cosas así, comunicación, y, algo de ingeniero, informática y matemáticas en Holanda por lo menos es mucho más para hombres y más en informática, entonces por eso pensé que no era tanto para mí y también porque a mi alrededor no conocía mujeres que trabajaran en eso porque eso hubiera hecho una gran diferencia.

¿Quiénes han sido tu apoyo durante este proceso de crecimiento profesional?

Algo que debo decir es que durante mis estudios de matemáticas no sabía que la programación era para mí, porque tuve un curso durante la carrera que era de  programación pero no me gustó mucho la forma en que me la enseñaron, no le entendía muy bien, entonces pensé que no era para mí, pero como ya estaba trabajando en la empresa donde estaban desarrollando aplicaciones como una probadora (tester), una consejera de la universidad me dijo, “mira, intenta otra vez, toma un curso de informática, pero en la facultad de informática porque va a ser muy diferente y talvez te guste, y como ya estás trabajando en esa área sería muy bueno saber”,  le hice caso y eso cambió la visión para mí, porque realmente me encantó el curso, después tuve otros cursos de programación y empecé a trabajar como programadora en la misma empresa y estudié el máster en informática, entonces esa persona con su consejo hizo mucho por mí.

A partir de ese consejo, en la empresa donde estaba trabajando siempre me han apoyado, porque como ya había dicho que primeramente estaba trabajando como probadora de aplicación y después de dos años les dije que me gustaría trabajar como programadora,  ellos me dijeron “creemos en ti, te daremos un chance, vamos a probarte durante las vacaciones de verano y si todo va bien, sigues como programadora y si no regresas con tu trabajo igual como antes y no hay ningún problema”,  ellos confiaban en mí, ya habían visto mi trabajo y sabían que podía aprender, me ayudaron mucho también. Después, el compañero con el que tengo mi empresa ahorita nos llevamos muy bien siempre y cuando se trata de programación pensamos igual, entonces él nunca pensó que yo no podía o que yo no entendía porque era mujer, y eso me ayudó mucho.

¿Cómo nace el proyecto TechTeach en Estelí?

Mi trabajo es en mi empresa Ceratech, tengo un compañero en Holanda y yo que trabajamos en eso, ese es el trabajo con el que gano mi dinero. TechTeach es un proyecto que empecé con mi compañero en Holanda y mi mamá donde empezamos voluntariamente en Holanda, allá fue para adultos para mostrarles el mundo de programación, y cuando vine aquí a Nicaragua intenté seguir con el mismo proyecto solo que cambié un poquito el concepto y aquí le estoy dando las clases a niños porque me di cuenta de que no hay muchos proyectos de programación para ellos y lo había hecho algunas veces en Holanda, y me pareció súper interesante para poder hacerlo aquí porque pienso que el internet, la nueva manera de aprender es una  oportunidad muy buena para todo el mundo y más para la nueva generación porque un niño ya sabe muchas veces cómo manejar un teléfono o cómo manejar aparatos digitales, además que aprenden y se adaptan más rápido que los adultos.

¿Cuál es el objetivo de emprender este proyecto?

Mi idea es enseñar programación y computación a los niños, pero también enseñarles una nueva manera de aprender, un nuevo mundo que ellos tienen. Yo siempre digo “las puertas están abiertas para ellos, en ese mundo y ese mundo existe en internet”. Ellos tienen el poder de educarse, no necesitan a nadie para enseñarles alguna cosa, lo pueden hacer solos, yo no digo que no vayan a la universidad, porque eso está muy bien, pero fuera de eso tenemos el poder de aprender muchísimas cosas y solo les quiero mostrar todas las posibilidades que hay, específicamente cosas de programación y computación.

¿Qué elementos o acciones consideras importante para qué las niñas se integren más en las tecnologías?

Yo creo que una cosa muy importante es ver ejemplos, que las niñas vean a mujeres y muchachas trabajando, aprendiendo o enseñando algo que tiene que ver con la tecnología, porque una niña que me mira a mí puede pensar “si ella lo puede hacer, yo puedo también” y así es. Otra cosa muy importante, es que también los niños lo miran porque realmente es algo que tenemos que cambiar todos en nuestras mentes que tecnología es para todos y no solo se trata que la niña piense «yo puedo», sino que también el niño acepte que la niña está en la tecnología igual.

También aquí en la clase intento que cada niño y niña estén haciendo algo que realmente les interesa, que les gusta y va con su talento, porque cada persona es diferente y eso no significa que son mejor o son menos, solo que cada quien tiene un talento único y es importante dar espacios para que descubran que es lo que hacen muy bien para que sigan con esa motivación. Entonces tener espacio para descubrir y tener éxito porque lo más importante es hacer algo y sentir que lo estás haciendo bien y que has aprendido algo.

¿Cómo visionas a TechTeach dentro de 10 años?

En 10 años sería muy bonito que los niños y niñas que asisten a clases sigan aprendiendo pero con la clase de adultos porque ya estarán muchos más grandes y ellos ya saben la manera de aprender en TechTeach y si a ellos les interesa sería muy bonito seguir con ese concepto, también sería genial involucrar más nicas programadores que pueden ayudar como maestros en este proyecto y creo que vamos a tener muchos más recursos en línea en español porque hoy en día la mayoría de contenidos están en inglés, entonces una parte del esfuerzo sería traducir recursos que sirven de mucho al español, para que los niños y los jóvenes que esperamos tener en la clase en ese momento tengan más oportunidades.

También espero que podamos añadir una parte donde está más claro cómo pueden utilizar lo que han aprendido en su trabajo, cómo podrían encontrar trabajo y más oportunidades de trabajos en línea ya sean en Nicaragua o en otro país, para poder conectarlos mejor a su futuro.

¿Qué consejo le podes brindar a las lectoras que quieren innovar con un proyecto STEM pero no lo han hecho por diferentes factores sociales?

Hablando desde mi experiencia ya tenía bastante tiempo de hacer algo para la comunidad, pero siempre pensaba que tenía que ser algo grande para tener un impacto, pero he aprendido en los años que tengo de hacer TechTeach tanto para los niños acá como para los adultos en Holanda, que no siempre es necesario hacer algo grande, puedes empezar con algo pequeño e ir creciendo. También creo que es más importante la calidad que la cantidad. Los niños, las niñas que vienen a TechTeach yo quiero que cada uno se sienta bien al salir, que sienta éxito durante la clase y que realmente aprenda algo.

Si yo recibo aquí 20 niños, no puedo tener atención para cada uno, no les puedo ayudar en cada momento, pero si recibo 10 niños tengo más tiempo para responder a sus preguntas, sus dudas, comparten más tiempo conmigo me muestran lo que están haciendo y yo quiero que ellos se sientan bien, porque es más importante que cada niño que venga aprenda que realmente puede cambiar algo en él, ella, en su vida, que recibir muchos niños y que al final el impacto no sea tan grande.

Creo que mi consejo sería “Empieza con lo que sea, y después es posible crecer” porque siempre hay otra gente que está haciendo algo parecido o quienes quieran ayudar, entonces paso a paso es posible, innovar, crecer si eso es lo que uno está buscando. Otro punto que me gustaría resaltar es que un proyecto de este tipo, uno aprende muchísimo, así lo he visto yo, he aprendido muchísimo de las clases que he dado tanto a los adultos como a los niños, cada persona es diferente y me enseñan a mí y eso es muy bonito.

¿Qué frase sentís qué te ha servido en este camino como mujer STEM y emprendedora qué te gustaría compartir con nuestras lectoras?

Yo tengo una frase que tiene que ver con mi proyecto en TechTeach:

«Lo que los niños aprenden hoy forma el mundo en que viviremos mañana»

Creo que eso es súper importante y una gran motivación para mí intentar enseñar algo a los niños, compartir con ellos la tecnología y también esa idea que la tecnología es tanto para niños como para las niñas porque realmente la nueva generación es el futuro.

Elena Fuentes Bongenaar, 30 años, nació en Estelí, pero creció y estudió en Holanda y desde 2018 vive en su lugar de origen. Sus hobbies son hacer ejercicios, su proyecto TechTeach, viajar, conocer culturas y aprender cosas nuevas. Se auto describe como una persona diferente porque es una mujer programadora que le encantan las matemáticas y resolver problemas. Su sueño es que más mujeres se sumen al mundo STEM.

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